“Mantener las aguas navegables limpias”. Suena simple, aunque en la práctica es todo menos eso. Durante décadas, la Agencia de Protección Ambiental ha llevado adelante esa tarea con dificultad, después de que la Ley de Agua Limpia (Clean Water Act) de 1972 le diera la autoridad para regular los “cursos de agua navegables”. No obstante, “navegable” no incluye los arroyos y humedales pequeños, y el agua en esas zonas suele fluir hacia otros cuerpos de agua de mayor tamaño. Nunca estuvo claro si la EPA podía regular toda esa agua antes de que alcanzara un curso navegable. Por eso, en 2015, el gobierno del ex presidente Obama finalizó la Reglamentación Sobre Agua Limpia, llamada Reglamentación Sobre las Aguas de los Estados Unidos o WOTUS, con el objetivo de crear una definición útil para orientar el trabajo de la EPA. Según la misma agencia, el limbo jurídico que había antes de esta norma afectaba al 60% de los arroyos y humedales del país. Incluso...